Cameron Diaz lo escenificaba a la perfección. En un momento de la película, tiene tantos pretendientes que no sabe por cual decantarse. Al final, decide quedarse con uno, tal vez acuciada por el exceso de oferta o sencillamente porque aún tenía la capacidad de decidir.
Quiero quedarme con un mensaje empresarial de esta película. Muchos de nuestros clientes se sienten así, como ella, con muchas alternativas (competidores). Clientes, que al igual que ella, han dado señales de estar descontento. En ocasiones estas señales se reciben, pero por desgracia, son más las veces en las que la empresa ni siquiera perciben el peligro (ya saben, con el mal del ombliguismo empresarial).
¿Que hacer en estos casos? Como saben, siempre en más fácil y barato retener a un cliente actual que a un futuro y sin embargo, destinamos mucho capital de nuestro presupuesto a “pescar” a un nuevo sí cliente cuando lo que debemos hacer es potenciar y enamorar, a los ya existentes.
Existen varias teorías del marketing que hablan de las 4 C’s. Incluso comparto ciertas teorías sobre las existencia de la 5 p e incluso de las 11 p’s del MK. Sin embargo permítanme que difiera con ellas y les presente las 5 C’s del MK (en detrimento de las P’S).
Cliente vs Producto
Coste vs Precio
Comunicación vs Promoción
Conveniencia vs Place
A efectos de este artículo, analizaré brevemente la primera y justificaré mi decisión: ¿Qué es más importante el cliente o el producto? Suelo empezar mis clases siempre con una misma frase: “El Cliente y tu mujer son las personas más importantes del mundo”. Acompaño esta frase con un dibujo en la pizarra de lo que a mi modo de entender (y dibujar) es la cara garabateada de un cliente para que los alumnos lo tengan presente en todo momento.
Por desgracia, hoy en día gran cantidad de empresas siguen la corriente equívoca: crear productos a destajos para posteriormente forzar una necesidad.
¿No es más fácil satisfacer desde el inicio esta necesidad? ¿Por qué no le preguntamos a él directamente que quiere? Pero no solo en el proceso de elaboración del nuevo producto o servicio. ¿Hemos pensado, por citar otro ejemplo, la posibilidad de crear junto con el Cliente una campaña de publicidad? (aquí podemos diferenciar varios tipos de clientes: cliente actual, futuro o pasado y cliente interno (trabajadores de la empresa) y clientes externos)
Por tanto, finalizo dejándoles una reflexión: ¿Tan difícil es preguntarle? Si desde luego los clientes que quiero son como Cameron Diaz, yo lo tendría claro no?.......
Quiero quedarme con un mensaje empresarial de esta película. Muchos de nuestros clientes se sienten así, como ella, con muchas alternativas (competidores). Clientes, que al igual que ella, han dado señales de estar descontento. En ocasiones estas señales se reciben, pero por desgracia, son más las veces en las que la empresa ni siquiera perciben el peligro (ya saben, con el mal del ombliguismo empresarial).
¿Que hacer en estos casos? Como saben, siempre en más fácil y barato retener a un cliente actual que a un futuro y sin embargo, destinamos mucho capital de nuestro presupuesto a “pescar” a un nuevo sí cliente cuando lo que debemos hacer es potenciar y enamorar, a los ya existentes.
Existen varias teorías del marketing que hablan de las 4 C’s. Incluso comparto ciertas teorías sobre las existencia de la 5 p e incluso de las 11 p’s del MK. Sin embargo permítanme que difiera con ellas y les presente las 5 C’s del MK (en detrimento de las P’S).
Cliente vs Producto
Coste vs Precio
Comunicación vs Promoción
Conveniencia vs Place
A efectos de este artículo, analizaré brevemente la primera y justificaré mi decisión: ¿Qué es más importante el cliente o el producto? Suelo empezar mis clases siempre con una misma frase: “El Cliente y tu mujer son las personas más importantes del mundo”. Acompaño esta frase con un dibujo en la pizarra de lo que a mi modo de entender (y dibujar) es la cara garabateada de un cliente para que los alumnos lo tengan presente en todo momento.
Por desgracia, hoy en día gran cantidad de empresas siguen la corriente equívoca: crear productos a destajos para posteriormente forzar una necesidad.
¿No es más fácil satisfacer desde el inicio esta necesidad? ¿Por qué no le preguntamos a él directamente que quiere? Pero no solo en el proceso de elaboración del nuevo producto o servicio. ¿Hemos pensado, por citar otro ejemplo, la posibilidad de crear junto con el Cliente una campaña de publicidad? (aquí podemos diferenciar varios tipos de clientes: cliente actual, futuro o pasado y cliente interno (trabajadores de la empresa) y clientes externos)
Por tanto, finalizo dejándoles una reflexión: ¿Tan difícil es preguntarle? Si desde luego los clientes que quiero son como Cameron Diaz, yo lo tendría claro no?.......
Sergio W. Engel Manchado
Profesor Titular de la asignatura de MK
ESCOEX International Business School
Canarias